Invertimos en oportunidades innovadoras en las áreas de educación y bienestar que fortalecen comunidades a través de la promoción de impactos significativos, positivos y directos.

Legado

La Fundación Peter Alfond (PAF) se estableció en 1993. Hoy, la Fundación está compuesta por los cuatro hijos de Peter y tres fideicomisarios no familiares que, juntos, aprovechan los recursos de la Fundación para impactar positivamente los problemas relacionados con la educación y la salud y el bienestar en Puerto Rico y Nueva Inglaterra.

La asociación entre la filantropía y el nombre Alfond precede durante mucho tiempo al inicio de la PAF. Harold y Bibby Alfond, los padres de Peter proporcionaron a sus hijos una plantilla sobre cómo vivir la vida; creían en cuidar bien a su familia mientras dedicaban el resto de sus recursos a donaciones caritativas.

Peter se basó en los principios de su padre tanto en los negocios como en la filantropía y se esforzó por encontrar maneras de tener éxito en ambas empresas mientras honraba las verdades y valores que él personalmente tenía. En el mundo de los negocios, se hizo famoso en 1981 cuando se mudó a Puerto Rico para dirigir Pan Am Shoe [Zapatos Pan Am], la división de fabricación local de Dexter Shoe [Zapatos Dexter]. Este traslado a Puerto Rico le permitió nutrir y desarrollar su estilo de liderazgo centrado en las relaciones, que finalmente lo convirtió en uno de los líderes más innovadores y respetados de la compañía.

A medida que su éxito crecía, Pan Am comenzó a financiar proyectos cercanos a las comunidades de sus trabajadores. Muchos de los empleados de su fábrica tenían hijos en distritos escolares de la isla. La compañía comenzó a patrocinar programas que proporcionaban a las escuelas suministros, materiales de construcción y mano de obra gratuita para renovar. Sin embargo, con el paso del tiempo, Peter deseaba invertir más personalmente en su filantropía. En sus propias palabras, "Hacer una donación es un rito de paso. Marca tu transición de ser un niño del mundo, un receptor de cuidado y apoyo, a ser un adulto que quiere contribuir al lado positivo del libro de cuentas". Para Peter, dar era tanto un vehículo para producir un cambio social como una expresión de crecimiento personal.

“Hacer una donación es un rito de paso. Marca tu transición de ser un niño del mundo, un receptor de cuidado y apoyo, a ser un adulto que quiere contribuir al lado positivo del libro de cuentas.”

Aunque las donaciones caritativas iniciales de Peter se centraron en causas que su familia había apoyado tradicionalmente, anhelaba tener una conexión más profunda con su trabajo y comenzó a buscar proyectos más catalizadores. El Centro de Yoga Kripalu jugó un papel especial en la formación de las opiniones de Peter sobre la filantropía. Como cliente, con la ayuda de los instructores de Kripalu, dio un paso atrás del trabajo y encontró la curación y la capacidad de lograr un equilibrio más saludable entre la vida laboral y personal. Como donante, aprendió a mantener a los visionarios en prácticas sostenibles. Se convirtió en un gran donante, pero favoreció las subvenciones coincidentes que incitarían al centro a asumir la responsabilidad de su bienestar organizativo.

Con cada experiencia, refinó su propia estrategia filantrópica y llegó a creer que dar era un arte que requería un artista involucrado activamente; una práctica que valora como iguales el papel del impulso caritativo y la administración adecuada. En otras palabras, creía en dar enraizado tanto en la sabiduría del corazón como en el razonamiento de la mente. El trabajo de su fundación casó su deseo de hacer el bien con su visión para los negocios.

Después de su fallecimiento, los hijos de Peter se encargaron de continuar su legado y guiar a la Fundación Peter Alfond hacia su misión de invertir en oportunidades educativas y de bienestar innovadoras que fortalezcan las comunidades. La Fundación está comprometida a hacer un cambio disruptivo y transformador anclado en los valores de sus donantes.